Las escuelas autónomas se han ido fortaleciendo como un elemento vertebrador a pesar de la guerra “invisible” del gobierno porque han sabido adaptarse a las necesidades de las comunidades. Con gran trabajo, el sistema educativo autónomo ha ido descolonizando el pensamiento y resituando “las escuelas” [5] como espacios integradores, llegando a convertirse en una estructura al servicio de la vida indígena en re-existencia en contraposición a la escuela oficial, al servicio de intereses ajenos a la colectividad. Este modelo educativo se ha ido diseñando y estructurando lentamente en el territorio rebelde a través de ese cuestionamiento del sistema educativo oficial pero, sobre todo, centrándose en responder colectivamente a la necesidad de una educación real y acorde con los ritmos campesinos. Como se afirma en la página web del sistema de educación de Altos de Chiapas (una de las cinco regiones), se trata de crear una educación sembradora de conciencias. No sólo este proceso se desarr...
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